domingo, 13 de diciembre de 2015

ANTONIO MONREAL RODRÍGUEZ

GRAN TRACA FINAL (IV). Por Chusso Bastión

El 4 de abril de 1969 en Málaga capital llegaba al mundo una de las más imponentes fuerzas que ha dado la naturaleza. La fecha es un tanto dudosa, pues su santa madre comenzó a sentir las contracciones del parto 8 meses antes.

Y es que la criaturita no era normal. No vino ni de cabeza ni de culo. Monreal vino al mundo “de lao”. Doña Eufrasia, a día de hoy, aún tiene los puntos de la cesárea frescos. Su nacimiento fue anunciado cual cartel taurino:

1 niño 1
6 kilos 600 gramos
Para los diestros (padres):
José Luis Monreal
Y
Eufrasia Rodríguez

El médico le dijo a Don José Luis:
<< Enhorabuena, ha tenido usted un mastodonte. ¿Lo va a criar como a un niño normal o le ponemos un collar de pinchos?>>.

A lo que Don José Luis respondió con algo que, a la postre, sería premonitorio:
<< Da igual, yo lo quiero “pa er campo”>>.

Efectivamente, “pa er campo”. En er campo (el de fútbol y el otro), Antonio Monreal era libre. Trotaba y desfogaba la vitalidad que imbuía su cuerpo de 1’92 cm y más de 100 kg con los que llegó a los 8 añitos de su tierna infancia. Y, como no podía ser de otra manera, la cantera del Málaga se fijó en él. ¿Cómo no fijarse? Era imposible no verlo. Y como se sentía libre pues de líbero lo pusieron. Por detrás de la defensa para que tapara hueco.

Ya crecido y hecho un zagalón, en la temporada 92-93 llega al Betis tras la desaparición del antiguo CD Málaga. Destacó por su largo desplazamiento de balón. Tan largo era el desplazamiento, que más de una vez ha puesto un ¡Uuuy! en los aficionados por casi acertar a la casetilla-marcador del Gol Sur. O ha dado un pase medido a algún gorrilla de la Calle Tajo.

Otro de sus fuertes era el acoso y derribo. Monreal tenía la costumbre de encaramarse a la chepa del contrario si veía que al balón ya no llegaba. Técnica que llevó a su máxima expresión cuando en un Betis – At. Madrid amistoso, un delantero colchonero se hizo un autopase ante Monreal sin saber el pobrecito que el malagueño ya se había desentendido totalmente del esférico y volaba en caída libre sobre su espalda con los brazos abiertos al más puro vuelo del ángel de Pressing Catch. El placaje fue digno de los mejores torneos del 6 Naciones de rugby y el maltrecho futbolista del Atleti fue retirado en camilla. Se dice que ahora trabaja con un músico rumano (él es el acordeón).

Tras dos temporadas y alguna actuación aciaga (como una pérdida de balón en un campo encharcado que costó una derrota) y un único gol, eso sí, de cabeza de los que darían jaqueca vitalicia a cualquier mortal, en un 3-2 al Compostela, el Betis le dio la baja federativa para poder inscribir a Kowalczyk. Abierto el mercado invernal, la directiva le ofreció la rescisión del contrato a lo que  nuestro protagonista se negó en redondo alegando que le iba a resultar muy difícil encontrar equipo a esas alturas de temporada y que prefería cobrar íntegra su manteca. Una vez acabado su contrato  se fue al Mérida donde estuvo 4 temporadas llegando a jugar en primera. Después recaló en el Ourense una temporada y finalmente en el Elche una temporada más. Retirándose con 30 años por una lesión. 

Artículo cortesía de Chusso Bastión
Muy agradecido por enviarnos tu colaboración a la gran “traca final”, amigo

3 comentarios:

Rinat Rafaé dijo...

Muchas gracias a Chusso por enviarnos su recuerdo de este ejemplo del clásico zaguero noventero duro y expeditivo de los que hacía de aquello de "O pasa el balón o el rival pero nunca los dos" su máxima. en el caso concreto de Monreal normalmente permitía que pasara el balón pero no el rival... o incluso ninguno de los dos!

Como curiosidad comentar que su padre fue un mítico defensor del CD Málaga en los años 60 y 70 con más de 180 partidos en primera división y más de 200 con la camiseta malaguista

Jose MME dijo...

No sé si alguien llevará esa estadística pero creo que Monreal, en la temporada 92-93, puede tener perfectamente el record de penaltis cometidos por un futbolista en un año.

Adaozinho dijo...

Este, creo que en un Betis-Logroñés de Copa, cogió a Salenko y le clavó los tacos en la cara, y a Popov, en un Betis-Racing, le dejó una pierna colgando del hombro.

Un saludo.