miércoles, 15 de julio de 2015

MANUEL JESÚS VÁZQUEZ FLORIDO, "CHULI"

Ahí estaba yo, como cada viernes por la noche, ocupando mi silla en aquel círculo de la vergüenza. Habíamos escuchado a un sevillista confesar entre lágrimas que él creía que Marco era el hermano bueno, y atendíamos las súplicas de otro aficionado del conjunto de Nervión que nos pedía sin éxito que entendiéramos por qué él a Ivica Mornar le veía cositas convirtiéndole en la estrella de su equipo en la Liga Fantástica Marca.

Después de que este último caballero finiquitara su intervención, el mandamás de aquella asociación sin ánimo de lucro, Vlada, se dirigió al grupo para preguntar si alguien más quería decir algo o si se podía ir ya a su casa a ver el último capítulo de “Juego de Tronos”. En ese momento alcé la mano, y tras darme Vlada su permiso con un gesto me puse en pie ante todos y lancé mi confesión. Yo soy fan de Chuli.

Un respingo de asombro salió de las bocas de todos los allí presentes (algo así como AAAAAH pero aspirando aire, no sé si me explico), porque lo más grave no fue el jugador mencionado, ya que cualquier jugador tiene sus fans, sino que el verbo ser fue utilizado por mí en presente de indicativo y no en un tiempo pretérito. Y es que es cierto, a día de hoy, y pese a todo, yo creo en Chuli.

Apenas un par de días antes de mi cumpleaños, en 2013, el Betis me hacía el regalo de incorporar a Manuel Jesús Vázquez Florido, AKA “Chuli”, a sus filas. Rápidamente me puse a investigar sobre el pasado del joven ya que la fecha de su fichaje me hizo sentir una repentina conexión con él.

Nacido en Huelva el 25 de Enero de 1991, pasa del cadete del Recreativo de Huelva (el San Sebastián Cepsa, desde donde llega a ser convocado con la sub16 para un torneo raruno) a formar parte de la cantera del Español de Barcelona, llegando a debutar con 18 años en el filial periquito en Segunda B. Acto seguido pasa a otro filial, al de su casa, al del Recreativo, donde rápidamente despunta jugando como delantero centro o rápido extremo.

Su debut en el primer equipo onubense, en la categoría de plata, se daría en las jornadas finales de la temporada 2011-12, donde disputó un par de encuentros sin jugarse nada su equipo. Pero cuando Chuli estalla es de la mano de Sergi Barjuán la siguiente temporada. El que fuera fenomenal lateral izquierdo del Barcelona y de la Selección Española confía en él desde el día uno, y Chuli le responde con creces (ojito a esta crónica).

La temporada de Chuli es extraordinaria. Juega 38 partidos, 32 como titular, y hace una quincena de goles además de un buen número de asistencias. Incluso suena para ser convocado con la Selección Sub21. Es por todo esto que cuando llega al Betis de la mano de Stosic yo le veo al fichaje buena pinta.

En serio, el Betis se hacía con lo que parecía era una de las mayores promesas del fútbol español. Me hizo tanta ilusión que hasta le regalé una postal a su llegada.

Pues no.

Empieza la temporada 2013-14 y no empieza bien. El Betis se hunde en los últimos puestos de la clasificación y, en lo que respecta a Chuli, no tiene fortuna. La grada la toma con él tras fallar goles cantados en algún que otro partido. Lo que es peor, no le chilla, sino que se convierte en el pitorreo de los aficionados. Yo me desgañito defendiéndole. Diciéndoles a todos que ya veréis, que un día oiremos cantar al Villamarín “Chuli Chuli Chuli Chuligoooool”.

Pues no.

Todo el mundo me mira como loco, pero Chuli se lleva en los premios de la LFP el galardón como jugador revelación de la temporada anterior en la categoría de plata, por delante de los otros nominados, que eran nada más y nada menos que el madridista Jesé y Luis Alberto. Y yo recupero fuerzas ante mis allegados insistiendo en que si esto sucede es porque seguro que es bueno.

Pues no.

Las actuaciones de Chuli con el Betis no mejoran. Es cuando suelto otra frase muy típica: “está falto de confianza, en cuanto marque un gol despuntará”. Y tras mucha paciencia llega ese gol.

Jueves 7 de Noviembre de 2013, el Betis disputa en Guimaraes, frente al Vitoria de dicha ciudad (cuna de la nación portuguesa), un partido decisivo para superar la fase de grupos de la Europa League. El encuentro avanza de manera inapelable a lo que parece va a ser un empate sin goles. Y en el minuto 93, sucede. Aparece ÉL. Chuli. Mi Chuli. Se desmarca con una habilidad que ni Romario, recibe el único pase bueno que dio Verdú en toda su estancia aquí y remata a gol dándole al Betis el triunfo y el pase a la siguiente ronda. Habrá quién diga que fue un churro, que remató en semifallo, UN CARAJO PA ÉL. Es un toque sutil, elegante y en postura complicada, la toca lo suficiente y de la única forma posible para que supere a portero y defensa. Chuli, que siempre lo dio todo en el campo y eso no lo pueden negar ni sus más acérrimos odiadores, por fin ve premio a su esfuerzo. La carrera que me pegué por el pasillo de mi casa fue épica. No era sólo un gol del Betis, no era sólo un gol de Chuli, era MI gol, MI premio por haber tenido confianza en aquel muchacho onubense. Les dije a todos que a partir de ahora, con confianza, verían al verdadero Chuli, que destaparía el tarro de las esencias, que se convertiría en estandarte del equipo, que veríamos a la grada corear su nombre.

Pues no.

Chuli no volvería a tener ni media intervención destacada en toda la temporada. La cerró con 11 partidos en Liga, cuatro sólo como titular y ningún gol anotado aparte del de Guimaraes.

¿Me bajé del burro? Jamás me bajo de un burro. De hecho vivo encima de un burro. Le puse Platero. Es pequeño, peludo, suave, tan blando por fuera que se diría todo de algodón, que no lleva huesos.

El Betis desciende y vuelvo a la carga. En Segunda División un jugador como Chuli puede volver a ser importante. Ya demostró en el Recreativo su valía para dicha categoría. En el Betis de Segunda sería una pieza importante. Y ya luego, con la inercia del ascenso, en Primera sería todo un baluarte en la delantera verdiblanca y veríamos al Chuli que sólo yo era capaz de ver latente en los borceguíes del choquero.

Pues no.

Durante la primera mitad de temporada ni Velázquez, ni Merino cuentan con él. Apenas juega tres encuentros saliendo en las segundas partes y sin incidencia alguna en el juego. Tras un mal momento de Rubén Castro al inicio de temporada le digo a un amigo “te sonará a locura pero yo le metía un banquillazo a Rubén Castro y le daba una oportunidad a Chuli en su sitio”. Desde entonces tengo un amigo menos. En el Betis-Recreativo salta mi ídolo al campo y la grada empieza a pitorrearse de él en cuanto coge el balón. Con la vena del cuello a punto de reventar y las lágrimas a punto de salir de mis ojos balbuceo “no os metáis con él, cabrones, así no hay quién pueda”. Poco después recibe un centro desde la banda y salta como un ángel, contengo la respiración ante su inminente remate de cabeza. Chuli la caza de manera espectacular y el balón sale rozando el palo. Si llega a entrar es un golazo, pero no entra. Me siento derrotado.

Pepe Mel llega al banquillo justo antes del mercado invernal y entre los descartes Chuli está señalado. Se marcha cedido al Leganés. Me siento hundido. Mi confianza en que mi ídolo despunte en mi equipo se va por el sumidero. Pero er shico me cae bien, y quiero que triunfe. Quizá en el equipo pepinero, sin la presión que hay en el Betis, pueda mejorar su rendimiento, convertirse en un jugador destacable, volver a estar en el candelabro.






Desde el primer momento Chuli lo peta en Leganés. Todo le sale, todo le entra. Las estadísticas revientan. ¡LE COMPARAN CON OLIVER ATTOM! Es otro hombre, un hombre liberado.  Ahí está, con John Barry de fondo disfruten de todos los goles de Chuli con los de Butarque (los hay hasta de tacón). Once goles en sólo media temporada y sin ser delantero centro. Ese es el Chuli que yo amo con fervor. Con razón el Betis le impuso la cláusula del miedo. Yo tenía razón. EN TODO. El 13 de Mayo de 2015 un artículo de un periódico local, lo dejó claro. Cito textualmente:

"Su efectividad es mayor que la de ningún otro jugador de la categoría, incluso por delante de la de Rubén Castro. Chuli necesita 3,7 remates para marcar gol frente a los 4,2 que necesita Rubén Castro."

¿Veis como es mejor que Rubén Castro? ¿Veis como yo sé de esto? ¿Veis como no estoy loco? Juan Miguel, chúpate esa. Me la pela que dejaras de contestarme los mensajes de whatsapp, maricona.

Finalmente, tras varios equipos peleándose por sus huesos (el Leganés quería hacerse con propiedad con él para que los guiara a Primera), es finalmente el Almería el que se hace con sus cuartos de baño (es decir, sus servicios) por medio millón de euros. Y ahí estoy yo, en la tienda para comprarme la camiseta del Almería.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Soy yo o en el gol Chuli besa el escudo?

Chema dijo...

Joder,qué bueno!!!De los artículos con los que más me he reído,en serio.
Por cierto,me sorprende que saquéis tan rápido artículos sobre jugadores que acabn de irse y aún estemos esperando el de otros que se marcharon hace ya un tiempo,como Verdú,Paulao,Baptistao...u otros más antiguos como Jorge Wagner o Babic.
Otra cosa,en el enlace del último SIIIIII la que sale bailando es la actriz de Arya Stark de Juego de Tronos?

Niko dijo...

Pues a mí el gol me parece un golazo,ciero es que parece que le pega con el tobillo,pero el pase de Verdú es un escándalo(lo único bueno que hizo en el Betis?),lo hace James o CR69 y los Manolos necesitan 2 telediarios para comentarlo.Por ciero,¿para cuando Verdú por aquí?Creo que ha sido la mayor decepción en los últimos años del fútbol sevillano.

Rinat Rafaé dijo...

Amigo Chema no es necesario que espera más por Babic, aquí tiene su artículo:

MARKO BABIC

Paulao, Baptistao y Wagner van a ser complicado que salgan pero Verdú es posible... aunque no puedo prometer nada.

PD: Sí, es la chica de los Stark pegándose un dansin en mitad de la calle!!