jueves, 25 de julio de 2013

JORGE OTERO BOUZÓS

Jorge Otero Bouzós (o Bouzas, depende de donde mires), nace el 28 de Enero de 1969 en Nigrán, en la provincia gallega de Pontevedra. Un año más tarde nacería en el mismo lugar Iván Ferreiro, el que fuera cantante de Los Piratas. Fueron muy amigos hasta que a mitad de los 80 Jorge le dedicó más tiempo al fútbol y se distanciaron. De hecho, cuando en la canción de “Años 80” Iván dice “no te echaré de menos en Septiembre”, se refiere a la fecha en la que habitualmente empieza la Liga. Va claramente por Jorge.

Jorge Otero empieza a desarrollar su carrera como lateral derecho en las categorías inferiores del Celta de Vigo. Tras jugar la temporada 1986-87 en el Gran Peña, equipo afiliado a los celtiñas, pasa al primer equipo.

Con apenas 18 años se hace con el puesto de titular y se convierte en uno de los jugadores más queridos por la afición. Cada vez pasa más tiempo en Vigo y menos en Nigrán. Iván ve como su amigo se distancia, así que en la misma Vigo funda Los Piratas, a ver si así pueden pasar más tiempo juntos.

De cualquier forma entre entrenamientos de uno y ensayos del otro la distancia sigue aumentando entre ambos. A Iván eso le duele y se desahoga componiendo. Por eso en la canción “Oh, nena”, del primer álbum de estudio de su banda, le podemos escuchar diciendo “Mi estómago se hace un nudo pensando que no volverías. Y no has vuelto, es verdad, y es probable que no vuelvas jamás”.

Y su razón tenía el bueno de Iván, porque tras una gran temporada 1993-94, en la que Otero alcanza el subcampeonato de la Copa del Rey con el Celta, debuta en la Selección (cada uno diríamos probablemente diferentes nombres, pero para mí el internacional más sorprendente de la historia estaría entre éste, Raúl Bravo y Óscar Téllez) y acude al Mundial USA 94, Otero recibe varias ofertas. Llega a firmar un precontrato con el Deportivo, eterno rival, pero finalmente el Valencia le ofrece más dinero y se larga a tierras levantinas. Una especie de doble traición a los dos más importantes equipos gallegos. Con tanto tonteo con uno y otro equipo no es de extrañar que el siguiente disco de los Piratas se llamase “Poligamia” e incluyera un tema titulado “Promesas que no valen nada”. Finalmente Otero tuvo que pagar por todo esto.

Tres años estuvo Jorge Otero en el Valencia. En la temporada 1994-95 se lleva un buen palo porque el equipo al que no quiso ir le gana la final de Copa del Rey al equipo al que se fue. Al año siguiente sería subcampeón de Liga y acudiría a la Euro 96 en Inglaterra, momento que marca su despedida de la Selección Española.

La temporada 1996-97 de Otero es muy floja y los chés, al escuchar el nuevo single de los Piratas, “Matadero clandestino”, en el que se dice “Alguien debería inventar qué podemos hacer con las cosas que no sirven para nada y no podemos tirar”, se acuerdan de Luis Aragonés, que tanto bien ha hecho por este blog que le vamos a dar una plaquita algún día, y le dicen que lo recomiende para que se venga al Betis, donde se especializaría en perder la pelota en el sitio más comprometido del campo.

En el Betis estuvo cuatro temporadas y nunca tuvo el favor de la afición, lo cual no es de extrañar cuando perdía el balón a la más mínima presión del delantero provocando un uno contra uno contra el portero. Un auténtico desastre que le llevó a ser elegido en el once ideal de los Amigos de Kukleta, y eso que jugaba en un puesto con seria competencia (Branko Ilic, “Mágico” Díaz, Sánchez Jara, Tais u Óscar López). Igualmente se ponía en duda su profesionalidad, no sabemos por qué.

En 2001 Luis Aragonés deshace un poco del mal que había hecho y se lo lleva a su proyecto para ascender al Atlético a Primera División (sí, tierno infante, el Atlético, por aquellas fechas, pasó dos años en Segunda, a todo el mundo le huele la mierda, suelta el Marca de una puñetera vez). Del Betis no guardaría un buen recuerdo, y es habitual para él juntarse con Rodolfo Dapena Dapena (pero tela) para echar pestes del conjunto verdiblanco. La definición de su juego en su trayectoria bética la dio, quién si no, Iván Ferreiro y sus Piratas en 2001, en la canción “Inevitable”, del álbum “Ultrasónica”, en un verso que dice lo siguiente: “Parado en movimiento es parado pero lento”. En realidad aquí Luis Aragonés sí que fastidió a nuestro blog, ya que aquel verano sonaba otra posibilidad que hubiera hecho este artículo infinitamente más jugoso.

Dos años está en el Atlético de Madrid. En el primero consigue el ascenso y el siguiente sería su última campaña en la máxima categoría del fútbol español, cuyos céspedes pisó aquel año de 2003 para no volver jamás. Igual que Iván Ferreiro graba aquel año su último disco con los Piratas para no volver jamás y dedicarse a su carrera en solitario.

Jorge se ofrece al Celta sin éxito. Tras esto jugó aún dos temporadas en el Elche, en Segunda División antes de retirarse. Hoy día es el segundo entrenador del Rápido de Bouzas (así por lo menos hay algo rápido relacionado con él), y en los desplazamientos del equipo se pone sus cascos con musiquita de Iván Ferreiro, su viejo amigo, escuchando el último disco de éste, “Confesiones de un lateral derecho artista de mierda”, y pardiez, que me cuelguen de los pulgares si la letra de “Santa adrenalina” no habla de la relación imposible entre Jorge e Iván.

2 comentarios:

Rinat Rafaé dijo...

Y con Otero queda completado el ONCE IDEAL DE AMIGOS DE KUKLETA dos años después
http://colussoscontrakukletas.blogspot.com.es/2011/09/once-ideal-amigos-de-kukleta.html

Dani dijo...

Pues será mi gusto, pero a mí no me sorprende lo de Téllez en la selección. Recuerdo que jugó la final de UEFA del Alavés contra el Liverpool, y que lanzó una falta buenísima que hizo que Westerveld (sí, aquel que luego, con el paso del tiempo, chupó banquillo en el Almería) tuviera que hacer una buena parada.
Sin embargo, reconozco que siempre tuvo el problema de su sobrepeso (recuerdo haber leído en su día que Kovacevic le ganó un balón cuando le sacaba al jugador de la Real varios metros de ventaja)...